lunes, 5 de octubre de 2020

Viendo por la ventanilla.


Ésta semana tocó despedirme de un amigo, en realidad no lo hice personalmente, ya que supe de su partida en las redes. Parte de los millones de venezolanos que han emigrado debido a la tremenda crisis socioeconómica que sufrimos. 



Escribió una carta de despedida, muy emotiva. Tanto, que quiero compartirla textualmente con ustedes. 

 

"A pocas minutos del despegue, me viene en mente que de verdad dejó mi tierra natal. Un no volveré me grita.  A pesar de toda la rabia con quienes han hecho la existencia invivible pero no puedo dejar de correr una lágrima por el turpial que no volveré a ver, ni el araguaney florear, o el frailejón tocar, ni las cálidas aguas de sus ríos y playas disfrutar.  


En la ventanilla se ven ya las luces a los lejos que se van, y con ellas se da paso a una vida nueva comenzar, y otra lagrima se escapa pensando en las hallacas, en esa Navidad, o la Semana Santa, o los amigos que no se verán junto los dulces y tequeños de cada festividad.


En la ventanilla una nube tapa los últimos rastros de aquella tierra que me dió cobijo, donde crecí con regocijo, la niñez, juventud y hombre adulto ahora, en la vejez todo se  guarda en una pequeño  rincón de un corazón envejecido, cansado y adolorido, lleno de recuerdos adormecidos que una lagrima despertó.


En la ventanilla se ve  la película que uno protagonizó ahora solo la Mano de Dios y la Esperanza.


Adios turpial mío, adios araguaney, adios tierra mía gracias por todo en la Vida. 


JSO

Octubre 2020

viernes, 10 de julio de 2020

QUÉ HACEMOS CON LA NOSTALGIA DE HOY?

No sé si son cosas mías, pero noto que hay mucha nostalgia en el ambiente.  No sé si ustedes lo ven igual. No solo en la redes, sino también en las conversaciones en familia, amigos y vecinos. La aparición del COVID 19 en el mundo  y la consiguiente cuarentena nos sensibilizo en gran medida, ver como obtenemos las cosas materiales,  espirituales y las relaciones  para estar bien, tranquilos y ser felices.  Pensamos ahora que el mundo pasado fue mejor. En Venezuela por los problemas o crisis socioeconómica que atravesamos, además de la diáspora que ha separado a casi el 20 por ciento de las familias en el país, nos lleva irremediablemente a extrañar las cosas buenas que hacíamos y teníamos .  Un gran lío existencial. 
Como afirma Ignacio Quepons (2013), de la Universidad Nacional Autónoma de México, «la nostalgia no sólo advierte indirectamente el valor por un evento pasado sino que despierta un anhelo por volver a vivirlo tal y como se vivió entonces». 
Si conseguimos vivir con plenitud, podremos sentir nostalgia de ciertos momentos, pero evitaremos sentirnos encallados en el pasado.

Recordar no es malo. Las personas estamos hechas de recuerdos, de experiencias y vivencias que edifican lo que somos en la actualidad. Dejar que la nostalgia nos acaricie de vez en cuando con su aire tibio y evocador no tiene por qué ser algo negativo. Según nos dicen los especialistas, el ser humano pasa gran parte del día “recordando cosas”, pero ahora bien, no debemos anclarnos a esos recuerdos de una forma obsesiva.
En ocasiones, dejamos de lado el momento presente para experimentar un pasado que parece que nunca se va. Nos da miedo soltar los recuerdos que una vez fueron tan importantes para nosotros. Esto puede hacernos mucho daño y evita que podamos disfrutar del ahora y seguir hacia delante 

Unas personas son más propensas que otras a sentir nostalgia: Tal vez nos guste mirar sólo hacia delante. O a lo mejor somos de los que guardan todas y cada una de las cosas que pueden; los juguetes de la infancia, la camiseta de nuestro primer concierto, el billete de aquel viaje, etc. Las personas somos muy distintas en este aspecto (y en la mayoría de los ámbitos). La propensión a la nostalgia depende bastante de nuestra personalidad y nuestra forma de ver la vida.
Cada etapa tiene sus ventajas y sus desventajas. A veces tenemos que hacer elecciones y es imposible avanzar sin que algunos elementos positivos de nuestras vidas se pierdan por el camino. Esto puede provocarnos una gran insatisfacción o simplemente un poco de añoranza y levantar nuestro ánimo al revivir momentos felices. No obstante, nosotros tenemos la última palabra a la hora de decidir cómo queremos sentirnos.

domingo, 28 de junio de 2020

El 28 de junio celebramos en Venezuela El Día Nacional del Teatro

El 28 de junio celebramos en Venezuela El Día Nacional del Teatro

Hay quienes afirman que antes de la llegada de los españoles a Venezuela, los indígenas que ocupaban nuestro territorio desarrollaban algunas manifestaciones teatrales rudimentarias, tales como pantomimas y la representación simbólica de fenómenos naturales. Pero lo que se tiene como basamento y determina que se decrete el 28 de junio como el Día Nacional del Teatro en Venezuela se remonta al año de 1600, el mismo se registra en el Libro de Actas del Cabildo de Caracas, donde se inscribe la solicitud para presentar una comedia.

El Decreto de la celebración oficial en Venezuela del Día Nacional del Teatro en nuestro país, pertenece al Presidente Carlos Andrés Pérez, cuando en su primer mandato firma esta resolución  el 13 de junio de 1978.

Como información importante en relación a la actividad teatral en nuestro país, debemos mencionar que el 21 de agosto de 1595 se estrenó en Caracas la primera comedia de que se tenga noticia. El acto fue preparado por Melchor Machado. El primer teatro caraqueño fue llamado Teatro Coliseo del Conde, construido en 1783 por órdenes del gobernador Manuel González Torres de Navarra. La primera crítica teatral apareció en la Gaceta de Caracas, el 30 de diciembre de 1808.

La actividad teatral en el país constituye un arte que ha sabido ganarse un espacio, nos atrevemos a asegurar que el movimiento teatral venezolano es uno de los más importantes de Latinoamérica, pues  las obras de Dramaturgos como Rodolfo Santana, José Ignacio Cabrujas, Edilio Peña, Isaac Chocrón, Román Chalbaud, Mariela Romero y Ricardo Acosta son representadas con frecuencia en el exterior y el grupo "Rajatabla" está considerado como uno de los más importantes de la escena mundial.

"Celebrar el Día Nacional del Teatro es reivindicar la escena teátrica en formación, talento y buenos propósitos. Pasar o estar en los procesos  re-creativos del teatro siembra compromisos, sensibilidad y nuevas perspectivas de invención y solidaridades humanísticas, celebremos pues la puesta en escena desde la trinchera de los sueños, la verdad virtual y la realidad social a través de la interpretación espiritual y mística del teatro".