Que se impulse la CALIDAD HUMANA
en Venezuela
DESEOS DE TASCA PARA EL 2016
Podemos mejorar
Aparte del constante desarrollo
de nuestras necesidades y habilidades expresivas, el trabajo de la CALIDAD
HUMANA es responsable que el Teatro Arte San Carlos de Austria TASCA haya logrado
éxitos, crecido en nuestras relaciones internas, así con las personas y
agrupaciones con las que hemos trabajado a lo largo de estos 8 años….
La CALIDAD HUMANA surge de una
especial combinación de orgullo y de humildad. Nace del orgullo de ser quiénes
somos y de lo que hacemos, y de la humildad de reconocer que aún podemos
mejorar. Más allá del eslogan, la calidad es una filosofía, una actitud, un
estilo de vida. Esa Calidad con mayúscula se logra aplicando 3 elementos que
llevan también la letra C inicial. El cerebro, el corazón y la constancia. Se
trata en definitiva de concentrar nuestra mente en lo que hacemos en cada
momento, sentir la verdadera pasión por cada tarea que realizamos y perseverar
hasta lograr nuestro objetivo. La calidad brota de pequeñas y constantes
mejoras más que de grandes cambios radicales. En muchas ocasiones el éxito es
cuestión de seguir intentándolo cuando los demás ya han dejado de hacerlo. Si
queremos cultivar calidad ante los demás, primero tenemos que vivirla, sentir
que circula por nuestras venas, cada uno es responsable, artífice y
protagonista de la calidad, especialista y dueño de su propia vida, analista y
supervisor capaz de diagnosticar en que puede mejorar. Cuando realizamos alguna
actividad que nos gusta obtenemos mejores resultados; pero la verdadera
realidad surgirá de aprender a querer y a apreciar aquello que tenemos que
realizar. La calidad es una mezcla de iniciativa, creatividad, motivación,
valor, decisión, ética, aprendizaje, inteligencia y pasión.es una excelente
inversión, y una actitud ante la vida que nos hará añadir valor a los
productos, procesos o servicios, tanto más a nuestra propia vida, a ese espacio
personal desde el cual contribuimos al mundo.
Hay que huir de la mediocridad y
de la capuza sin caer en el perfeccionismo enfermizo, superar el miedo al
error, acompañar las quejas de alternativas de mejora, y vencer la resistencia
al cambio. Hay que llevar a la propia vida ese afán de superación continua, de
aprendizaje diario, de adaptación flexible y eficaz a un entorno cambiante.
Podemos vivir en ese permanente estado de insatisfacción constructiva, de
progreso en espiral construido día a día, analizando continuamente como se
pueden prevenir los errores, resolver dificultades o perfeccionar lo ya
realizado. Podemos empezar por sanear nuestra propia forma de ser, nuestra
relación con los demás. El auténtico origen de la calidad es la propia bondad
personal, el deseo de mejorar, de hacer bien las cosas, de hacerlas cada día
mejor, de cooperar con los demás y competir con uno mismo. Tener buenas
relaciones con las demás personas y con uno mismo nos conlleva a tener una
mejor calidad de vida humana. Es una búsqueda constante de bienestar y
felicidad para el individuo y su entorno.
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