sábado, 26 de diciembre de 2015

Que se impulse la CALIDAD HUMANA en Venezuela

Que se impulse la CALIDAD HUMANA en Venezuela
DESEOS DE TASCA PARA EL 2016
Podemos mejorar












Aparte del constante desarrollo de nuestras necesidades y habilidades expresivas, el trabajo de la CALIDAD HUMANA es responsable que el Teatro Arte San Carlos de Austria TASCA haya logrado éxitos, crecido en nuestras relaciones internas, así con las personas y agrupaciones con las que hemos trabajado a lo largo de estos 8 años….
La CALIDAD HUMANA surge de una especial combinación de orgullo y de humildad. Nace del orgullo de ser quiénes somos y de lo que hacemos, y de la humildad de reconocer que aún podemos mejorar. Más allá del eslogan, la calidad es una filosofía, una actitud, un estilo de vida. Esa Calidad con mayúscula se logra aplicando 3 elementos que llevan también la letra C inicial. El cerebro, el corazón y la constancia. Se trata en definitiva de concentrar nuestra mente en lo que hacemos en cada momento, sentir la verdadera pasión por cada tarea que realizamos y perseverar hasta lograr nuestro objetivo. La calidad brota de pequeñas y constantes mejoras más que de grandes cambios radicales. En muchas ocasiones el éxito es cuestión de seguir intentándolo cuando los demás ya han dejado de hacerlo. Si queremos cultivar calidad ante los demás, primero tenemos que vivirla, sentir que circula por nuestras venas, cada uno es responsable, artífice y protagonista de la calidad, especialista y dueño de su propia vida, analista y supervisor capaz de diagnosticar en que puede mejorar. Cuando realizamos alguna actividad que nos gusta obtenemos mejores resultados; pero la verdadera realidad surgirá de aprender a querer y a apreciar aquello que tenemos que realizar. La calidad es una mezcla de iniciativa, creatividad, motivación, valor, decisión, ética, aprendizaje, inteligencia y pasión.es una excelente inversión, y una actitud ante la vida que nos hará añadir valor a los productos, procesos o servicios, tanto más a nuestra propia vida, a ese espacio personal desde el cual contribuimos al mundo.

Hay que huir de la mediocridad y de la capuza sin caer en el perfeccionismo enfermizo, superar el miedo al error, acompañar las quejas de alternativas de mejora, y vencer la resistencia al cambio. Hay que llevar a la propia vida ese afán de superación continua, de aprendizaje diario, de adaptación flexible y eficaz a un entorno cambiante. Podemos vivir en ese permanente estado de insatisfacción constructiva, de progreso en espiral construido día a día, analizando continuamente como se pueden prevenir los errores, resolver dificultades o perfeccionar lo ya realizado. Podemos empezar por sanear nuestra propia forma de ser, nuestra relación con los demás. El auténtico origen de la calidad es la propia bondad personal, el deseo de mejorar, de hacer bien las cosas, de hacerlas cada día mejor, de cooperar con los demás y competir con uno mismo. Tener buenas relaciones con las demás personas y con uno mismo nos conlleva a tener una mejor calidad de vida humana. Es una búsqueda constante de bienestar y felicidad para el individuo y su entorno.

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